Entre el 6 y el 12% de los embarazos finalizan entre las semanas 28 y 36 de gestación
Se ha detectado alteraciones en un marcador de la inflamación y en un marcador de la proliferación celular
Las mujeres que sufren un parto entre las semanas 28 y 36 de gestación suelen sufrir insuficiencia placentaria. El estudio preliminar, publicado recientemente en la revista Epigenomics, describe alteraciones en placentas de partos prematuros. En él se descubre una alteración en un marcador de la inflamación y también en un marcador de la proliferación celular. Según el estudio, eso implicaría procesos inflamatorios y un desequilibrio de las hormonas que regulan la relación entre la madre, la placenta y el bebé entre las causas del parto prematuro.
El trabajo está co-liderado por Jon Schoorlemmer, investigador ARAID en el IACS con una amplia experiencia en el campo de las células madre embrionarias así como en la formación de vasos sanguíneos y equilibrios inmunitarios dentro de la placenta. Según Schoorlemmer, el resultado de este trabajo es un paso para entender mejor porqué se producen partos prematuros, ayudar a determinar cómo prevenirlo y como cuidar posteriormente lo mejor posible a los recién nacidos. “El objetivo de este estudio es a largo plazo, porque si conseguimos entender mejor los procesos que causan insuficiencia placentaria, será posible pensar en cómo diseñar tratamientos para mejorarla o evitarla”, ha señalado el investigador del IACS.
Las conclusiones a las que han llegado desde el grupo de investigación están sustentadas en la observación de 30 casos de parto prematuro, que se han comparado, en la misma cantidad, con embarazos finalizados a término. En los próximos años, los investigadores tienen como objetivo ampliar el volumen de casos a estudiar para poder llevar a cabo un trabajo más exhaustivo y sentar las bases para establecer biomarcadores que ayudan a la diagnosis más precoz.