Un estudio ha sido capaz de disminuir la expresión de tres genes relacionados con el desarrollo de esta patología

Investigadores del IACS, Salud, UNIZAR y del Instituto Karolinska de Suecia han trabajado dos años en este proyecto

En la investigación se han usado muestras de una cohorte de pacientes aragoneses

Zaragoza, 1 de octubre de 2023.-Un estudio de investigación ha sido capaz de disminuir la expresión de tres genes que estarían relacionados con el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Con él, se abre las puertas a usar la modificación génica como herramienta para reducir los efectos de una de las enfermedades hepáticas más frecuentes, que se estima afecta ya al 25% de la población y es la segunda causa de los trasplantes de hígado en nuestro país.

Los tres genes presentes en las células adiposas – de la grasa- ya fueron identificados en un trabajo anterior por parte del mismo grupo de investigación y aparecían con mayor frecuencia en las muestras de grasa subcutánea de personas con la enfermedad que en personas sanas. Según los resultados de este nuevo estudio, es posible la modificación de estos genes a través de la ingeniería génica, demostrando así la capacidad reguladora de la grasa subcutánea sobre el hígado. Este hallazgo podría permitir el desarrollo de nuevas terapias basadas en la génica y en la medicina personalizada.

La investigación ha estado coordinada por el investigador del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y líder del grupo ADIPOFAT, José Miguel Arbonés, especializado en investigar acerca del tejido adiposo y la obesidad. En ella han participado también investigadores del IACS, del Servicio Aragonés de la Salud, la Universidad de Zaragoza y del Instituto Karolinska de Suecia.

El trabajo partía de la base de que las personas que no pueden almacenar su exceso de energía en el tejido adiposo subcutáneo son más proclives a padecer de hígado graso no alcohólico y a que éste derive en enfermedades más graves. Por tanto, si estudiaban las características de la grasa corporal, especialmente la subcutánea, podían llegar a comprender la relación que tiene con la salud hepática.

Según Arbonés, “contar con grasa acumulada no tiene porqué ser malo para el organismo; pero sí que lo es cuando las células adiposas no cumplen con su función de almacenar el exceso de energía”. En base a esa premisa, nace este estudio, que ha buscado encontrar un nexo de unión entre el poder regulador de dichas células con la enfermedad hepática.

La investigación se ha alargado dos años y se ha basado en dos cohortes con muestras de pacientes de los hospitales Miguel Servet y Royo Villanova, de Zaragoza. Durante este tiempo, y tras identificar los tres genes del estudio, los investigadores han usado una tecnología llamada CRISPR/Cas9 para disminuir la actividad de dichos genes en los adipocitos y modificarlos por ingeniería génica, junto a células de hígado.

Los resultados han sido demostrados tras una investigación in vitro. El siguiente paso sería comprobar que este comportamiento se replica en modelos vivos. De ser así, se estaría más cerca de poder llevar a cabo siguientes fases que faciliten su aplicación en centros sanitarios.

Sobre la enfermedad del hígado graso no alcohólico

La enfermedad del hígado graso no alcohólica es una patología crónica en la que la grasa se acumula progresivamente en el interior del hígado en cantidades anormalmente altas. Su existencia no tiene porqué causar síntomas, aunque a la larga puede generar enfermedades inflamatorias más graves como hepatitis, fibrosis hepática, cirrosis o cáncer de hígado.

Se denomina hígado graso no alcohólico porque presenta idénticas características que las enfermedades hepáticas vinculadas a la ingesta excesiva de alcohol pero, a diferencia de éstas, no guarda ninguna relación con la bebida.

La manera de prevenirla es cambiar el tipo de dieta, utilizando una con patrón mediterráneo, evitar azúcares simples, bebidas azucaradas, la fructosa o grasas saturadas, hacer ejercicio físico y evitar el sedentarismo.